Nieva sobre una luna de Saturno

La imagen de un esquiador deslizándose sobre un paraje blanco en otro mundo fuera de la Tierra supone un ejercicio disparatado de imaginación, pero existe un lugar ahí arriba donde las condiciones para sacar los esquíes parecen... perfectas. Encélado, la sexta luna de Saturno, es conocida por los gigantescos chorros de vapor de agua, hielo y gases que se abren paso por su corteza, unos géiseres impulsados por depósitos líquidos en el interior de este mundo. Ahora, un mapeo en alta resolución realizado por científicos del Instituto Max Planck y la Universidad de Potsdam ha confirmado otra sorpresa: esos penachos que salen disparados al espacio a velocidades supersónicas tienen un efecto impresionante, una lluvia de cristales de polvo superfino que caen sobre la superficie de Encélado hasta formar una gruesa capa, como si se tratara de una pista de nieve de ensueño.



La investigación ha sido llevada a cabo con los datos obtenidos por lasonda Cassini de la NASA, que desde hace unos cinco años analiza la actividad geológica de Encélado. La nave ya había desvelado la existencia de los impresionantes surtidores, pero nunca hasta ahora había sido posible confirmar que estos chorros son los responsables de la acumulación de nieve o partículas de hielo muy finas en grandes áreas de Encélado.
Las partículas de hielo caen sobre la superficie en un patrón predecible y son expulsadas por los chorros de vapor y hielo durante decenas de millones de años o más. La capa de nieve fina, de un promedio de 100 metros de grosor, entierra la mayor parte de las fracturas y cráteres de la superficie de la luna formando un paisaje fantasmal. El más grande de estos cañones tiene 500 metros de profundidad y 1,5 kilómetros de ancho -los investigadores dicen que es muy parecido al Black Canyon de Gunnison, en Colorado (EE.UU.)- , y queda cubierto en muy buena parte.

Más fina que el polvo de talco

La tasa de deposición de Encélado es muy lenta para los estándares de la Tierra, menos de una milésima de milímetro por año. Acumular 100 metros de depósito requiere decenas de millones de años. Esto es importante, ya que sugiere que la fuente de calor térmico necesaria para propulsar los penachos de vapor y mantener el agua líquida bajo la corteza de hielo también tendría que tener la misma larga duración.
Entonces, ¿sería Encélado un buen lugar para ir a esquiar? «Dejando a un lado los pesados trajes espaciales y la gravedad del planeta extremadamente baja -aproximadamente solo el 1% de la de la Tierra-, estamos ante el polvo más fino que un esquiador se pueda imaginar», explica Sasha Kempf, del Instituto Max Planck. «El tamaño de las partículas es de una fracción de un milímetro, más o menos un micrón o dos de ancho. Son incluso más finas que el polvo de talco».Mucho más pequeño que el típico copo de nieve.
Los investigadores esperan completar su trabajo con nuevas imágenes en alta resolución obtenidas por la nave Cassini en sus próximos encuentros con Encélado previstos para 2012 y 2015.

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