Vía Láctea

Vía Láctea

Introducción





La Vía Láctea,
también llamada la Galaxia, es un agrupamiento
de estrellas con forma
de disco, que incluye al Sol
y a su sistema solar.
Para un observador terrestre, el disco de la Galaxia aparece como una banda
débilmente luminosa que se puede observar de noche extendiéndose a través del
cielo, sobre todo en las noches de verano claras y sin luna. Antiguamente a
esta banda se la llamó Vía Láctea (también Camino de Santiago), nombre que en
la actualidad hace referencia a toda la galaxia. La
apariencia difusa de esta banda es el resultado de la luz combinada de estrellas
demasiado lejanas para poder distinguirlas por separado a simple vista. Las
estrellas individuales que vemos en el cielo son aquellas de la Galaxia que
están lo suficientemente cerca del sistema solar para distinguirlas por separado.

La Vía Láctea
se extiende a través de las constelaciones Perseo, Casiopea y Cefeo. En la región
de la Cruz del Norte, que forma parte de Cisne, se divide en dos corrientes:
la corriente occidental que brilla cuando atraviesa la Cruz del Norte, palidece
cerca de Ofiuco, a causa de las nubes de polvo, y aparece de nuevo en Escorpio;
y la corriente oriental, que es más brillante cuando pasa por el sur a través
del Escudo y Sagitario. La parte más brillante de la Vía Láctea se extiende
desde la constelación del Escudo a Escorpio, a través de Sagitario.

Estructura



Se ha descubierto
que la Vía Láctea es una gran galaxia espiral, con varios brazos espirales que
se enroscan alrededor de un núcleo central de un grosor de unos 10.000 años
luz. Las estrellas del núcleo central están más agrupadas que las de los brazos,
donde se han encontrado más nubes interestelares de polvo y gas. El diámetro
del disco es de unos 100.000 años luz. Está rodeado por una nube de hidrógeno,
deformada y festoneada en sus extremos, rodeada a su vez por un halo esférico
y ligeramente aplastado que contiene muchos cúmulos globulares de estrellas,
que se encuentran principalmente encima o debajo del disco. Este halo puede
llegar a ser dos veces más ancho que el disco en sí. Además, estudios realizados
sobre los movimientos galácticos sugieren que el sistema de la Vía Láctea contiene
más de 2 billones de veces la masa que contiene el Sol, mucha más materia de
la que se considera que tiene el disco conocido y los cúmulos concomitantes.
Sin embargo, los astrónomos han especulado con la idea de que el sistema conocido
de la Vía Láctea esté rodeado por una corona mucho mayor de materia no detectada.
Otra especulación reciente supone que la Vía Láctea es una galaxia espiral barrada.

Tipos
de estrellas

La Vía Láctea
contiene tanto estrellas de las llamadas de tipo I, que son estrellas azules
y brillantes, como estrellas del tipo II, gigantes rojas. La región central
de la Vía Láctea y el halo están compuestos por estrellas del tipo II. La mayor
parte de la región se oculta tras nubes de polvo que impiden la observación
visual. La radiación de la región central se ha registrado por medio de mecanismos
como células fotoeléctricas, filtros infrarrojos y radiotelescopios. Estos estudios
indican la presencia de objetos compactos cerca del centro, posiblemente restos
de estrellas o un enorme agujero
negro
.

Rodeando
la región central hay un disco bastante achatado que comprende estrellas de
ambos tipos, I y II; los miembros más brillantes de la primera categoría son
luminosos, supergigantes azules. Incrustados en el disco y surgiendo de los
lados opuestos de la región central, están los brazos espirales, que contienen
una mayoría de población I, junto con mucho polvo interestelar y gas. Un brazo
pasa por las proximidades del Sol e incluye a la gran
nebulosa de O
rión.

Rotación
La Vía
Láctea gira alrededor de un eje que une los polos galácticos. Contemplada desde
el polo norte galáctico, la rotación de la Vía Láctea se produce en el sentido
de las agujas del reloj, arrastrando los brazos espirales. El periodo de rotación
aumenta cuando disminuye la distancia desde el centro del sistema galáctico.
En las proximidades del sistema solar, el periodo de rotación es de algo más
de 200 millones de años luz. La velocidad del sistema solar debido a la rotación
galáctica es de unos 270 kilómetros por segundo.


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