Nuevo "meteorito" ahora en Uruguay: ¿Están cayendo viejos satélites?


A los sorprendentes avistamientos de bolas de fuego cayendo del espacio en los Urales rusos y en el norte argentino se suma un episodio similar en Rocha Uruguay, que en la madrugada del domingo pasado alertó a localidades como La Paloma y La Pedrera. Una explicación alternativa a estos eventos (mayormente adjudicado a caídas de meteoritos) tiene que ver con la basura espacial y la búsqueda de responsables a la hora de señalar quién debe reparar los daños de las caídas de satélites fuera de uso.




CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) - Un fenómeno inusual de un haz de luz, semejante a una bengala blanca fue visto en la madrugada del domingo. Según los testimonios recogidos, afirman haber escuchado una fuerte explosión.
Decenas de habitantes de Rocha, Uruguay, presenciaron un inusual fenómeno en los primeros minutos del día domingo (aprox. 0:30 hs.). Según el relato de algunos vecinos, la claridad del cielo fue muy llamativa segundos antes del estruendo.
También fue visto en las ciudades de La Paloma, Arachania, La Pedrera, Valizas y Castillos.
Un oficial de bomberos de esa localidad, Daniel Correa, dijo que “he recibido muchas llamadas de vecinos que registraron el fenómeno en especial de la zona de campaña y Castillos”
Guillermo Palfi, que estaba con amigos en una casa en la zona de la playa La Serena de la ciudad de La Paloma, dijo: “Fue como una bengala blanca de espaldas al mar, hacia Montevideo. Lo vimos unas diez personas por el lapso de tres segundos, pero no sentimos ningún ruido”.
María Acosta, en la ciudad de Castillos manifestó que sobre la hora 00:30 escuchó como un gran estruendo pero esa misma situación la llevó a quedarse quieta en su casa y no intentó salir para saber lo que estaba sucediendo.
Por su parte,  el coronel, Alejandro Arocera, de la Fuerza Aérea Uruguaya, manifestó que para iniciar cualquier investigación sobre estos temas se necesita una denuncia concreta.
En base a esto se puede iniciar cualquier investigación, analizando movimientos satelitales, de aviones, constelaciones, visibilidad y otras condicionantes climáticas a tener en cuenta, a los efectos de generar un cuadro de situación.
Por el momento se desconoce el lugar donde cayó el “objeto”, se cree que pudo haber sido un meteorito o algún tipo de basura espacial.
Basura espacial
El aumento impresionante de avistajes de este tipo ha caído en la categorización de "avistamiento OVNI" o "caída de meteorito" para los grandes medios de prensa. De cualquier manera, una hipótesis descartada (o que por lo menos no ha sido mencionada entre las posibilidades que explican estos fenóenos) es la de la basura espacial.
Las sospechas acerca de la verdadera naturaleza de estos avistamientos, como siempre, van de la mano de la falta de explicaciones oficiales plausibles. Si bien se ha definido como "meteorito" el fenómeno avistado semanas atrás en el norte argentino, nunca se hallaron indicios de material del espacio exterior que haya impactado la superficie en la región. Lo mismo para el nuevo caso uruguayo e incluso para el masivo avistamiento en los urales rusos en febrero pasado.
En Rusia incluso se especuló con que el meteorito en realidad no fue tal cosa y se trató de un objeto derribado por la Fuerza Aérea rusa, aunque las versiones nunca fueron confirmadas. La caída de basura espacial, en ese contexto de sospechas, se vuelve más verosímil incluso si se revisa el secretismo alrededor de los avistamientos y la periodicidad de los mismos.
El secretismo alrededor de estos eventos se explicaría facilmente por una cuestión legal: si el material espacial cae (como pudo haber sido el caso de Monte Grande) en una zona poblada, los responsables de los satélites estarían obligados a responder legalmente por el evento, probablemente a traves de fuertes indemnizaciones o multas. La peridicidad de los eventos se daría exclusivamente por la antigüedad de los dispositivos, abandonados a su suerte, y la cantidad de aparatos que están orbitando la Tierra en este momento en forma de basura espacial.
La situación no es la mejor y puede que dentro de poco se vuelva un problema alarmante
El 12 de marzo de 2009 los astronautas estadounidenses Michael Fincke y Sandra Magnus y el ruso Yuri Lonchakov tuvieron que resguardarse en las capsulas de seguridadSoyuz y esperar la señal para evacuar de emergencia. Los radares estimaban que la basura espacial que rodea la estación estaría cerca de golpearla. Los objetos pasaron a 250 metros de la estructura. No ocurrió nada grave, pero en 2011 volvió a repetirse la misma situación.
Se cree que en el espacio existen más de 600.000 objetos que flotan alrededor de la Tierra. Los desechos de satélites y partes de cohetes, tornillo, restos de pintura y tapas, conocidos como basura espacial, unidos al paso de meteoritos, obliga frecuentemente a la Estación Internacional a corregir la órbita de la plataforma para evitar colisiones.
Para los expertos que se reunieron hace unos días en el Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC), durante la 6ª Conferencia Europea sobre Basura Espacial, la necesidad de limpiar el espacio de desechos y lanzar satélites que no generen nuevos fragmentos de basura espacial es una discusión urgente que debe generar acciones inmediatas.
Según datos de la NASA, en este momento existen más de 23.000 fragmentos de basura de más de 10 centímetros en el espacio, la mayoría en órbitas bajas (bajo los 2.000 km) utilizadas por satélites de observación de la Tierra o por la Estación Espacial Internacional. Los objetos de entre uno y diez centímetros, superan los cientos de miles, y aunque aparentemente son inofensivos, estos fragmentos, lanzados a una velocidad promedio de 25 mil km/h, podrían averiar los satélites.
Dentro de las conclusiones del encuentro, que reunió a más de 350 representantes de las principales agencias espaciales, la industria, los gobiernos y las universidades y centros de investigación de todo el mundo, los científicos aseguraron que la eliminación de los restos de chatarra espacial es un problema ambiental de dimensiones globales, que debe ser abordado en un contexto internacional en el que “debe incluirse la presencia de las Naciones Unidas”.
“Los expertos coinciden en la necesidad acuciante de empezar ya con las actividades de eliminación de residuos”, dice Heiner Klinkrad, director de la Oficina de Basura Espacial de la Agencia Espacial Europeas (ESA). “El grado de conocimiento que tenemos ahora sobre el problema de la basura espacial es equiparable al que teníamos hace veinte años sobre la necesidad de hacer frente al cambio climático” dijo Klinkrad.
Para los especialistas el crecimiento constante de la cantidad de residuos en el espacio supone una amenaza cada vez mayor, que podría implicar a futuro la interrupción de viajes espaciales. Por eso, indicaron, las futuras misiones espaciales deberán ser sostenibles, y contemplar una forma segura de eliminación del satélite una vez completadas.
Algunas posibles soluciones que se han estudiado sobre la necesidad de limpiar el espacio contemplan la construcción de máquinas de pesca de basura y de rayos laser para desacelerar las peligrosas partículas.
En 2011 la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial propuso la construcción de una red metálica gigante que pudiera girar alrededor del planeta, y recoger la basura orbital, cuando la red esté llena, la máquina dejará que la gravedad tire el bulto de residuos hacia la tierra generando su desintegración cuando entre en contacto con la atmósfera.
Por otro lado, la Nasa ha propuesto que en lugar de atraer los desperdicios a la Tierra, hay que prevenir que estos pedazos sigan chocando entre sí, su idea se basa en la construcción de un sistema que permitiría evitar colisiones “alejando de la zona de choque los escombros espaciales con la ayuda de un láser de poca potencia'", explicó esta semana a las agencias de noticias internacionales el profesor Craig Smith, director ejecutivo de la compañía de investigación espacial EOS Space Systems. Los protones del rayo podrían desacelerar el objeto, evitar el choque y alejarlo de la llamada "zona de peligro", en donde transitan la mayoría de satélites.
Los expertos pidieron que se inviertan recursos en desarrollar investigación que permita resolver el problema y que además que se comiencen a concretar misiones piloto de limpieza. La pregunta que queda en el aire es ¿quién pagará esta la limpieza?

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