La NASA depende de Rusia para mandar astronautas al espacio

Una comisión independiente dijo este mes que la NASA no estará lista para enviar astronautas al espacio con los nuevos cohetes hasta al menos el año 2017, es decir dos años más que lo previsto.



Esto amplía la brecha entre el retiro de los transbordadores el año próximo y la implementación del nuevo vehículo, por lo que Estados Unidos dependerá de las naves espaciales rusas para sus viajes a la Estación Espacial Internacional (ISS).



Por otro lado, un nuevo cohete lunar fue lanzado el miércoles en una breve y exitosa prueba de la NASA. Se trata del Ares I-X, una nave que tiene la apariencia de un gigantesco lápiz de color blanco que reemplazará a los tradicionales transbordadores.

En esta prueba el cohete no llevaba tripulantes ni carga, sólo lastre desechable y centenares de sensores. La prueba se realizó con un costo de 445 millones de dólares.

"Qué impresionante es todo esto", comentó Jeff Hanley, gerente del programa espacial de exploración de la NASA, conocido como Constellation. "Hemos logrado un gran paso hacia la exploración", le dijo al personal de control de lanzamiento.

El prototipo fue lanzado a través de un cielo con escasas nubes desde una ex plataforma de lanzamiento del transbordador a las 11:30 de la mañana, tres horas y media después, a causa de mal clima.

Los encargados del lanzamiento tuvieron que volver a probar los sistemas de la nave después de informarse que más de 150 rayos cayeron durante la noche alrededor de la plataforma. A continuación tuvieron que esperar que pasaran las nubes de lluvia, las del mismo tipo que frustraron el intento del martes.

El cohete, de unos 100 metros de altura, fue lanzado al espacio tras la postergación del vuelo inicialmente previsto para el martes, en un ensayo que la agencia espacial estadounidense NASA espera provea información crucial sobre la tecnología que reemplazará a la de la vetusta flota de transbordadores espaciales.

El cohete llevó un módulo simulador de tripulación a una altura de 46 kilómetros en su vuelo que duró 369 segundos. La cápsula se separó del cohete a unos 40 kilómetros por encima del Océano Atlántico antes de caer de nuevo a la Tierra con un paracaídas.

En una trayectoria separada, el cohete Ares se precipitó asimismo en un paracaídas de recuperación equipado con sensores, que también ayudarán a los científicos a recabar datos sobre su rendimiento.

El Ares-1 se utilizaría para trasladar a astronautas a órbitas cercanas a la Tierra, incluida la Estación Espacial Internacional (ISS), a bordo de la cápsula de tercera generación "Orion". Más adelante está previsto fabricar una versión más potente, el Ares-5 para transportar astronautas a la Luna y a mayores distancias.
Miércoles 28 de Octubre de 2009

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