El Hubble capta el nacimiento de una tormenta gigante en Neptuno

De la misma forma que Júpiter presenta la llamada Gran Mancha Roja que se cree que existe desde hace al menos 150 años, las denominadas Grandes Manchas Oscuras de Neptuno tienen un origen similar, aunque son más volátiles y cambiantes. Al contrario de lo que ocurre en la Tierra, las tormentas en estos dos gigantes se forman en áreas de altas presiones atmosféricas, lo que da lugar a estos característicos puntos que podrían envolver la Tierra entera debido a su enorme tamaño.


Ahora el telescopio espacial Hubble ha capturado por primera vez la formación de una de estas escurridizas manchas en el planeta azul que apareció en 2018. Sin embargo, tres años antes aparecieron unas nubes que han ayudado a los investigadores a concluir que estas manchas oscuras se originan mucho más en la atmósfera de Neptuno de lo que se pensaba en un principio.
«Sin duda fue una sorpresa. Estábamos acostumbrados a mirar la Gran Mancha Roja de Júpiter, que presumiblemente había estado allí durante más de cien años», afirma Amy Simon, científica planetaria del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, y autora del nuevo estudio publicado en la revista « AGU Geophysical Research Letters». «Tenemos muy poca información sobre Urano y Neptuno», continúa en un comunicado difundido por la NASA.

Encuentro inesperado

Simon y sus colegas estaban analizando las imágenes que había captado el Hubble de una mancha oscura más pequeña que apareció en 2015 cuando descubrieron nubes blancas pequeñas y brillantes en la región donde más tarde aparecería la Gran Mancha Oscura de 2018. «Estábamos tan ocupados rastreando esta tormenta más pequeña de 2015, que no esperábamos ver otra grande tan pronto», señala Simon.
Los modelos informáticos de la atmósfera de Neptuno han mostrado que cuanto más profunda es la tormenta, más luminosas son sus nubes compañeras -compuestas por cristales de hielo de metano, lo que les da su característico color brillante-. Además, el hecho de que aparecieran dos años antes de la Gran Mancha Oscura y que perdieran algo de brillo cuando se hizo visible sugiere que las manchas oscuraspueden originarse mucho más en la atmósfera de Neptuno de lo que se pensaba, según el nuevo estudio. Los científicos sospechan que estas nubes se ciernen sobre las manchas como las nubes lenticulares cubren las montañas altas de la Tierra.

Ocurren cada «poco» tiempo: cuatro o seis años

Simon y los coautores Michael Wong Andrew Hsu, de la Universidad de California Berkeley, rastrearon las nubes de metano desde 2016 hasta 2018. Descubrieron que estas formaciones eran más brillantes en 2016 y 2017, antes de que se hiciera visible la nueva Gran Mancha Oscura.
De hecho, no es la primera vez que se captan imágenes de este fenómeno: los científicos han visto un total de seis manchas oscuras en Neptuno a lo largo de los años. La Voyager 2 identificó dos tormentas en 1989. Desde el lanzamiento del Hubble en 1990, ha visto cuatro más de estas tormentas. La nueva mancha registrada ahora tiene casi idéntica a la retratada por la Voyager 2, pero hasta ahora nunca se había visto la formación de cero de una de estas gigantescas tormentas.
El equipo utilizó todos los datos recabados hasta ahora tanto por el Hubble como por la misión Voyager 2 para conocer el tiempo que duran estos fenómenos y con qué frecuencia ocurren. En un segundo estudio, publicado en la revista «Astronomical Journal», señalan que se producen cada cuatro o seis años, y que pueden durar otros seis, aunque lo normal es que estén activas 24 meses.

Las diferencias con la Gran Mancha Roja de Júpiter

La Gran Mancha Roja de Júpiter ha sido estudiada al menos desde 1830, pero los expertos severan que podría tener hasta 350 años de antigüedad. Las corrientes de chorro fino en Júpiter evitan que la Gran Mancha Roja se rompa y cambie de latitud; gira alrededor de Júpiter pero no se mueve hacia el norte o hacia el sur. Además, lo hace al contrario de las agujas del reloj.
Sin embargo, los vientos neptunianos operan en bandas mucho más amplias alrededor del planeta azul, por lo que tormentas como la Gran Mancha Oscura se desplazan lentamente a través de las latitudes. Estas tormentas suelen oscilar entre los chorros de viento ecuatoriales hacia el oeste y las corrientes que soplan hacia el este en las latitudes más altas antes de que los vientos fuertes los separen.
Los científicos planetarios esperan estudiar a continuación los cambios en la forma del vórtice y la velocidad del viento en las tormentas que forman manchas oscuras. «Nunca hemos medido directamente los vientos dentro de los vórtices oscuros de Neptuno, pero estimamos que las velocidades del viento están en el campo de juego de 100 metros por segundo, muy similares a las velocidades del viento dentro de la Gran Mancha Roja de Júpiter», explica Wong. Las observaciones más frecuentes del Hubble ayudarán a esbozar una imagen más clara de cómo evolucionan los sistemas de tormentas en Neptuno, hasta ahora unos casi completos desconocidos.

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