Júpiter se acerca a la Tierra

De hecho, Júpiter está prácticamente a su mínima distancia posible de nuestro planeta, protagonizando su mejor acercamiento en más de una década. Y por eso se podrá verlo como nunca: un brillantísimo e inconfundible punto de luz en el cielo nocturno que, a través de telescopios, se convierte en un “disco a rayas”, lleno de sutiles detalles atmosféricos.





Las oposiciones de Júpiter

Júpiter siempre puede verse a ojo desnudo en el cielo nocturno. Pero, debido a las cambiantes distancias entre el planeta y la Tierra, visto desde aquí, su tamaño y brillo varían notablemente a lo largo de los meses y los años. Y bien, ocurre que la segunda quincena de octubre y la primera de noviembre de 2011, la observación de Júpiter será absolutamente inmejorable.

¿Por qué? En pocas palabras, porque el planeta está pasando por una oposición de carácter excepcional. Un planeta está en oposición cuando se ubica exactamente opuesto al Sol en el cielo (de ahí el término). O lo que es lo mismo, del mismo lado de su órbita que la Tierra con respecto al Sol. En estos casos, la distancia entre ambos planetas es mínima en todo un año.
Las oposiciones entre la Tierra y Júpiter se dan cada 13 meses. Sin embargo, como las órbitas de ambos planetas no son perfectamente circulares, ni tampoco perfectamente concéntricas, esos acercamientos no son siempre iguales. Hay oposiciones mejores y peores. Y  la brecha de espacio entre ambos planetas varía de 591 y 676 millones de kilómetros. En consecuencia, el brillo y el tamaño aparente del planeta, en cada caso, también varía: su magnitud visual oscila entre -2.4 y -2.9. Y el diámetro aparente de su disco, entre 44 y 50 segundos de arco.

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