Histórico | El robot de la sonda Rosetta se acopló al cometa

El módulo de descenso Philae, que soltó hoy la sonda europea Rosetta, se posó en la superficie de un cometa a las 13.03, logrando algo sin precedentes en la historia de la exploración espacial.




El módulo de la sonda espacial europea no sabe con qué se va a topar, pero ya cumplió el sueño de muchos científicos, dijo uno de los "padres" de la misión, Roger-Maurice Bonnet.
"Es un poco como Cristóbal Colón llegando a América", comentó aAFP el científico desde el centro de operaciones de la Agencia Espacial Europea (ESA) de Darmstadt, en Alemania. "No sabe si se va a encontrar con un acantilado o una playa". "Lo que me parece más extraordinario es el desafío técnico, es algo absolutamente asombroso", agregó.
Al llegar a la superficie de la sonda, Philae se aferró con unos arpones. El lugar previsto para el aterrizaje, identificado inicialmente como punto J y ahora denominado Agilkia, abarca cerca de un kilómetro cuadrado. En principio es el lugar menos abrupto del cometa y el que recibe mayor radiación solar, algo imprescindible para el funcionamiento del pequeño robot, que se alimenta con esa energía.
Desde las cuentas de Twitter de ESA (@esa y @ESA_Rosetta), se van proyectando imágenes y videos de la sonda espacial y del robot. “Nuestra ambición es aterrizar en el cometa”, escribieron. Y luego de resolver un pequeño problema técnico en la comunicación con la nave, tuitearon: “¡Estamos de vuelta!”.
Philae viajó con Rosetta desde el 2 de marzo de 2004, cuando la sonda de la Agencia Espacial Europea fue lanzada para ir en pos del cometa. Tras una década en el espacio, en la cual recorrió miles de millones de kilómetros, y tras haber rebotado dos veces entre la Tierra y Marte para tomar la carrera necesaria para llegar hasta el cometa, Rosetta alcanzó en agosto su objetivo, colocándose en la órbita del 67P/Churyumov-Gerasimenko y acercándose paulatinamente a él.
Philae intenta "aportar un mejor conocimiento sobre los elementos sólidos de este cometa" explicó Roger-Maurice Bonnet. Según el "padre" de Rosetta, "la misión es casi perfecta" porque "ya cumplió muchas cosas con las que soñaban los científicos".
Bonnet era director del programa científico de la ESA desde hacía dos años, cuando la misión, que en aquel entonces jamás imaginó posarse algún día sobre un cometa, fue aprobada por el organismo espacial europeo en enero de 1985, en Roma. "Fue allí que comenzó esta aventura", recordó el astrofísico.

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